Querida Milagros:
Ha pasado mucho tiempo. Un
tiempo que se suponía debía cicatrizar mis heridas, que debía aliviarme de la
tortura del añorar.
Yo, no se tú, soy incapaz de
recordar qué nos distanció, porqué discutimos, pero en realidad no importa ya.
No necesito culpables ni reproches.
Sólo quería decirte que te
vi. Ayer en una cafetería. No, no me he vuelto loco. Ya sé que no es posible
pero te vi. En una servilleta arrugada. Acababa de limpiarme con ella y los
restos de café dibujaron un beso en ella. La arrugué y los pliegues formaron tu
perfil.
También te vi ayer. Miré al
cielo y no me costó encontrar el rostro que tanto besé en las formas de las
nubes y el calor de tus abrazos en los rayos del Sol que me alcanzaban.
Y esta noche te volveré a
ver. No pasa una en que no lo haga. Sólo he de cerrar los ojos un segundo y me
trasporto a alguno de los instantes que vivimos juntos, que compartimos, y al
abrirlos….ahí estás. En las sombras de la habitación que un día fue nuestra, en
los pliegues de las sábanas que compartimos en el pasado, en las gotas de
escarcha que empañan la ventana por la que te veía llegar con tu siempre
presente sonrisa, en…en… en mi.
Siempre tuyo……..tu
milagro.
Yago Welles, 9/10/2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario