martes, 5 de junio de 2012

Creadora de Sueños






Recuerdo tiempos lejanos en los que te conocí. Oía risas a mi lado, y al girarme a mirar, allí estabas. Pura simpatía, alegría e ingenuidad. Algo me impulsó a conocerte, a hablarte, a explicarte comos, cuandos y dondes, porque desde el primer día demostraste avidez de aprender todo lo que alguien estuviera dispuesto a enseñarte. Y me hiciste sentirme maestro, padre, conductor. No fue difícil sentir ternura por ti y adoptarte sin pensarlo.

Unos tiempos en que te sentí mi árbol que plantar, la flor que había que podar para que creciera hermosa, una escultura que había que pulir antes de colocar en su pedestal.

Una época en que tus ojos se abrían sorprendidos a cada novedad que se te mostrara y tu mente absorbía cada cosa que se te explicara. En que tus mejillas se sonrojaban al oír hablar de besos y tu corazón se encogía al mentarte el amor. Cuando sentías un torrente de emociones recorrer tus venas. Cuando eras un bebé, mi bebé.
La rubita de mi corasón.

Y desde entonces…

Desde entonces el bebé creció…y creció…y no dejó de crecer. Alimentándose de ideas, de proyectos, de planes. Sin dejar de intentar realizar todo aquello que se le ocurría. Esforzándose en los pequeños detalles, pequeños si, pero detalles que son los artífices de toda grandeza. Dejó de ser mi bebé para ser mi compañera de aventuras constructivas, mi comodín a donde recurrir cuando se me agotaban las ideas, mi amiga.
La rubita de mi corasón.

Y así es ella ahora….

La que enseña cómo ver un puente donde otros solo detectan piedras. La que indica cómo transformar cuero en cristal. La guía para hacer cada día el milagro de los panes y los peces multiplicando todo tipo de objetos. La constructora. La que te fabrica el edificio donde trabajar y la cama donde descansar después. La que te da el banco donde sentarte para admirar lo que te rodea. La que llena tu vida de cosas útiles sacadas de simples cajas de madera.

La que da lecciones de vida, la que demuestra que de una cabeza puede emanar genialidad, de unas manos trabajo, de un alma tesón, de un corazón pasión.
La creadora de sueños. ¡Más que eso! Porque no sólo crea los sueños, sino que los hace realidad. La artista. La genio. La estrella que ilumina por donde pasa. La admirada.
La rubita de mi corasón.


                                                                                    Yago Welles, 24/5/2012


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